top of page

De la moda lo que te acomoda


Ir de compras entre viejas es toda una experiencia, hay las que se arrancan de rack en rack a ver que les gusta o las que tienen afición por los zapatos, los vestidos, los sweaters aunque vivas en la playa etc.. cada quien sus cubas.

Esto sin tomar en cuenta que en el lugar donde estás afecta de forma indirecta lo que te llama la atención.

Si estás en NY te quieres comprar un abrigo llenos de pelos o estás en Monterrey y quieres una botas pero si vas con tú mejor amiga te hace hincapié o te “regaña“ como es mi caso, que vives en Playa o las que viven en Ciudad de México y se compran mil pareos y salidas de alberca.

Nos arrancamos como si fuera maratón. No importa cuántos outfits negros tienes te vas por ahí.

Todo va bien hasta que ves algo que te “hace ojitos” y empiezas a ir cargando dos o tres cosas que según tú no ibas a comprar solo a ver, corte a.. ya traes una bolsa llena o la señorita de la tienda va atrás de ti cargando trapos, una bolsa, un vestido y así… Teniendo en cuenta las reglas de oro “O arriba o abajo“ es decir si enseñas pierna no enseñes escote y viceversa.

Que las rayas horizontales engordan, los estampados acentúan y los cortes asimétricos favorecen. ¡Mentira! todo se te olvida.

–¿Te gusta? – ¡Si! ¿Es qué? – Si no te encanta, no te lo compres. – Pero ¿qué tal éste? – ése está lindo – y así nos damos cuerda.


Llegamos juntas al proveedor, obvio que no te dejan pasar más de “x“ número. ¡Pues que te las pasen en tandas!, una grita “Amo esta luz“ otra “la odio“ “la tercera “ cada quien sus traumas “salgan para ver”.

Claro hay tiendas que la tienen estudiada y tienen la luz perfecta, hay quienes no tienen ni idea y ponen luces de reflector de prisión o de dentista de esa que se te ve hasta la conciencia, ¡ya ni la friegan!


Ya te entró la falda como camisa de fuerza pero no te cierra, no se te ve como al maniquí (Pues que pensabas) no, no, tampoco se me ve como la modelo del anuncio (No pues no) y así te vas quitando (con esfuerzos) y poniendo hasta que te quedas con 2 cosas y las cambias de talla, no a la tuya a la que te queda. Te vas a la sección de los zapatos total esa talla es la única que no cambia. Y no empecemos en la compra e maquillajes eso se los platico otro día.


Hay quienes tienen muy claro que les hace falta y solo van por eso (son las más raras), no entiendo como no se les pega algo más, el nervio de que pase la tarjeta y tengo que pagar tal y cual. No hay felicidad más grande para una mujer que llegar a un mall temprano y recorrer tienda tras tienda. Hoy en día nos da una gran ilusión llegar a Forever 21 o a H&M y en su momento ZARA que nos acerca a la moda sin que sea tan costosa, eso si no te prometo que te dure toda la vida.

Pero no hay forma que no salgas al menos con una t-shirt, una falda, una bolsa, unos leggins y en la fila para pagar se te peguen unos calcetines, una ligas para el pelo, yo compré hasta un turbante.


Así nos dan las 10 de la noche ya que van a cerrar, ¡No hemos comido! Pero es un dolor de pies.


Y es cierto no hay mejor terapia que ir de compras.


bottom of page